Cucarachas (arthropoda periplaneta americana)

Inquilinas indeseables que jamás se acuerdan de pagar el alquiler. Viven hacinadas en los suburbios de las cañerías y, en cuanto uno las convoca, salen corriendo en un desparramo de patitas flacas y cuerpos desagradablemente negros. Sólo puede referirse a las cucarachas en plural pues éstas jamás andan solas. Si se encuentra una, puede inferirse inmediatamente la existencia de un ejército de ellas.

Ruidismo (ruidismus gravis)

Sindrome peligroso que ataca a algunos vecinos los fines de semana. Se manifiesta de forma abrupta a cualquier hora del día y exige del afectado la necesidad irrevocable y permanente de escuchar radio a todo volumen, gritar, martillar, perforar, lijar y ejercer toda actividad que sea de sonoridad evidente. (Véase también hiperkinético/ sonido/silencio.)

Ruido (fremitus)

Ocaso del silencio. //Ruidos: Presencias sutiles o manifiestas que por momentos crecen con tanta saña que llegan a ocuparlo todo tragándose el aire y ahogando de esa forma a las moradoras de esta casa.

Silencio (silentium)

Ocaso del sonido.

Sonido (sonitus)

Véase ruido.

Hiperkinético (hiperikus kinetikus)

Vecino que no soporta los placeres sedentarios. Mañana, tarde y noche martilla, clava, lija y agujerea cuanto encuentra a su paso.

Si se observa con detenimiento el perfil de la pared medianera, se notará que cada día es más delgada.

Caracol (helix aspersa)

Ser pastoso que firmó un contrato de condominio con la babosa –aunque no se decide a cumplirle-. El caracol se distingue de esta última por tener la posesión de su casita redondeada y sinuosa. Sí comparte con ella el andar relajado y el juguito pegajoso que deja a su paso. //Agujeritos en las hojas: dícese del efecto resultante de la masticación de caracoles y babosas. //Cebo para caracoles: montañita de polvo marrón claro o azul eléctrico que algunos inventores han dado en crear para distraer a esos bichos de su interés por la irreflexiva masticación de hojas y plantas.