domingo, 2 de septiembre de 2012

atoro laboral (labor suffocatio)

Argumento./ Excusa para no cumplir con responsabilidades adquiridas./ Elección. Preferencia./ Fin de semana de diversión. /Ocultamiento recurrente.

sábado, 1 de septiembre de 2012

Indignación (indignatio) II


Rasguño de la mentira. /Picor en el alma. Síntoma, vestigio, manifestación./ Acción y efecto de la injusticia o de la palabra desconsiderada, impropia, malhadada.

viernes, 15 de junio de 2012

invitada (hospes terrendie)

Insecto terrorífico que se aparece sin que nadie lo llame. Recorre Serrano como araña por su casa. Disfruta viendo a Sidney Poitier en Guess Who´s Coming to Dinner y cantando El día que me quieras.

(Nota: si la foto se ve un poco movida, es porque la redactora de este diccionario le teme a las Arthropodas.)

viernes, 8 de junio de 2012

Moco (mucus verdis)

Sustancia viscosa, de un color amarillo verdoso fosforescente. // Cuenta una antigua leyenda serrana, que estaban el Invierno y el Verano trenzados debatiendo quién podía generar más dividendos. Hecha la apuesta, comenzaron a inventar nuevos productos. Así, el verano creó el sudor y el invierno, el moco. El Año, mediador eterno en las disputas de las estaciones, decretó un empate, dio por terminada la competencia y conminó a los contendientes a dedicarse a asuntos más trascendentes.

sábado, 26 de mayo de 2012

Buscón (Ubicus buscus)

Persona o personaje que deriva del escondedor. Secuela de una enfermedad. ´A todo escondedor le llega su buscón´ o ´A buen escondedor, muchos buscones´.

viernes, 3 de febrero de 2012

Escondedor/a (tramposus ocultus)

Dícese de la persona no grata, que hace de su vida el escondite.

Este término no debe confundirse con "escondente", vocablo muy distinto que alude a otro tipo de seres.

domingo, 29 de enero de 2012

Fresia (Freesia x hybrida)


Planta primaveral que nace de la misteriosa dureza de un bulbo. Su exquisito perfume embruja a los jóvenes enamorados, razón por la cual los oportunistas las venden a los gritos en las esquinas de Buenos Aires.
(Advertencia: la magia de las fresias dura sólo un instante. La flor viene, perfuma y se retira. Un suspiro de placer.)